Un caudal de lenguas tan enorme y diverso suscita admiración y espanto, porque cada una de esas lenguas permite decir, sentir y vivir el mundo bajo el reflejo de mil soles espléndidos. América recogió a manos llenas la bendición de Babel —no la maldición— mediante lenguas que han sido su riqueza y en gran parte evitaron los unilingüismos monopólicos que de ordinario han sustentado las dictaduras estatales. Otros vols. Nueva edición refundida. Madrid, La Bibliografía del Instituto Lingüístico de Verano ILVdonde se recogen títulos de publicaciones producidas entreno podría ser tampoco desconocida. Con estas bases y su propia elaboración Tovar propone agrupaciones de lenguas sudamericanas que engloban 2. Digno motivo de orgullo es o debería serlo para los americanos del Sur la cantidad de lenguas que se han hablado, y se hablan todavía en estas tierras. Pueblos y lenguas resurgidos se hacen hoy visibles y audibles, sin miedo y con orgullo.